EL MUSEO DE LA DISTOPÍA

Este es un blog creado con propósitos educativos. Brinda apoyo, al estudiante y al educador, en el proceso de aprendizaje, facilitando la reflexión, el cuestionamiento de sí mismo y de los otros y la colaboración, proporcionando contextos para el ejercicio del pensamiento de orden superior.

Además tiene como propósito de ser un “museo virtual”, o una parte de un museo, que se caracteriza por el uso de medios virtuales para mostrar, preservar, estudiar, reconstruir y divulgar el patrimonio material o inmaterial de la humanidad, en este caso de sinopsis de material fílmico y literatura distópica con la intención de nutrir el blog con comentarios críticos.

Distopía es el término opuesto a utopía. Como tal, designa un tipo de mundo imaginario, recreado en la literatura o el cine, que se considera indeseable. La palabra distopía se forma con las raíces griegas δυσ (dys), que significa ‘malo’, y τόπος (tópos), que puede traducirse como ‘lugar’. La distopía plantea un mundo donde las contradicciones de los discursos ideológicos son llevadas a sus consecuencias más extremas. En este sentido, la distopía explora nuestra realidad actual con la intención de anticipar cómo ciertos métodos de conducción de la sociedad podrían derivar en sistemas injustos y crueles. Por ejemplo: una nación donde se ejerza un riguroso control estatal para garantizar una sociedad organizada, feliz y conforme, podría derivar en un régimen totalitario, que reprime al individuo y cercena sus libertades en función de un supuesto bienestar general.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Señor del mundo, de Robert Hugh Benson (1908)


Señor del Mundo merece un lugar junto a Un mundo feliz y 1984 entre los clásicos de la distopía de ficción. De hecho, aunque las obras maestras de Huxley y Orwell sean equiparables en valor literario, son claramente inferiores en valor profético. Los dictadores políticos que daban a la novela-pesadilla de Orwell su siniestra potencia ya tuvieron sus días. Sin embargo, la novela-pesadilla de Benson se está haciendo realidad ante nuestros propios ojos.

La novela, escrita en 1908, se sitúa a finales del siglo XX. Aparece un caudillo, Felsenburgh, quien se convierte en Presidente de Europa y es aclamado por las multitudes como un nuevo Mesías. Habla todos los idiomas y se entiende con los representantes de las diferentes tradiciones culturales sin ningún problema. Todos lo ven como el artífice de la nueva paz, centrada en un culto humanista. De hecho, él lucha contra las religiones en nombre de la ¿verdad?, y tras su discurso sobre la paz no esconde sino su ambición de poder. Casi nadie parece darse cuenta de ello. En esa situación el sacerdote Percy Franklin viaja a Roma para intentar convencer al Papa de que debe modernizarse. Sin embargo es allí donde comprende que debe profundizar en su fe y abandonarse del todo en Dios. El señor del mundo predice que en el futuro surgirá un humanitarismo mundial de tipo totalitario que reducirá el cristianismo a una inocua moral privada. Ahí reside la actualidad de esta obra. Quien la lee no tienen dificultades para establecer paralelismos con la situación contemporánea en la que valores difusos tienden a imponerse sobre las convicciones profundas de la fe. Benson es certero y nos retrata a la perfección una humanidad que vive en la periferia, en lo intrascendente, en lo insustancial. Una humanidad que se ha ido alejando imprudentemente del centro y que vive en la desorientación más profunda. Le dio un día la espalda a Dios, y cuando creía que no le veía, se lanzó al ataque de sí misma. Así lo pensaba también Henry de Lubac, cuando decía que «no es verdad, como se dice en ocasiones, que el hombre no pueda organizar el mundo de espaldas a Dios. Lo que sí es verdad es que el hombre, si prescinde de Dios, lo único que puede organizar es un mundo contra el hombre». Escrito desde un profundo conocimiento del hombre, esta obra es la demostración de que la tendencia laicista del siglo XX tiene un final claramente identificable: la manipulación y la cosificación del ser humano. Ahora, la pregunta es ¿hemos llegado ya a ese final? En la lectura de este libro encontrará la respuesta.

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